Temporal. Salí a caminar por la Rambla, pese a que me dolía un poco la rodilla, había mucho viento y estaba frío. Pero tenía muchas ganas de caminar, y con la tormenta valía la pena salir a admirar la costa y el mar. Me abrigué bien. Me deslumbra siempre el espectáculo del mar y el viento desbocados, cuando se salen de los parámetros habituales, se desbordan.
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